Y ahora la tonta que no para de sonreír soy yo después de que me digas que te vas a cenar y que me amas. No entiendo como lo haces. No entiendo por qué me haces tan feliz, por qué me elegiste a mi, el que me viste porque soy una chica normal y corriente. Hace nada pensaba que todo era una grandísima mierda, que no había nada por lo que sonreír. Y poco a poco he visto lo equivocada que estaba. Me ganaste en el minuto uno que vi tu sonrisa. En el minuto uno que me miraste con aquellos ojos que cuando le dan el sol, se ponen verdes. Y la verdad es que no entiendo como eres capaz de hacerme sentir la persona con más felicidad de este mundo. Que me encanta cuando coges el cigarrillo y le das dos caladas. O cuando me besas y se te forma una arrugita me muero de ganas que no termine el beso nunca. Que siempre voy a estar en las buenas y en las malas. Que cuando me cojes y me abrazas no quiero despegarme de ti nunca. Que cuando me tumbo en tu pecho y te quedas embobado mirándome y acariciándome, que aunque me haga la dormida, noto aquello, lo único que deseo es que se pare el tiempo, y que sea para siempre. O cuando hacemos aquellos planes descabellados en los que soñamos, juntos, me gustarían que fuesen de verdad. Que mi único objetivo es hacer sonreír, hacerte feliz. Por eso, cuando me dices ''no soy el ombligo de este puto mundo'' quiero decirte que estás equivocado, que para mi eres el ombligo, el centro, el ojete del puto universo, porque voy a estar ahí, para defenderte, para cuidarte dándote mimos y.. ¿sabes por qué? Porque me he enamorado de ti, y no me arrepiento de ello.
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