miércoles, 1 de junio de 2011

Al vuelo.


De pequeños todo nos es más fácil.Solemos soñar,creer y disfrutar.Nos ilusionamos con nada.Creemos que cuando se nos cae un diente va a venir un tal Ratón Pérez y estamos deseando que sea Navidad para querer pillar como ponen nuestros deseados regalos en el árbol los típicos Reyes Magos.Solemos competir por quién tiene el mejor coche de carreras o la mejor muñeca.Nuestras madres nos visten con preciosos vestidos y lacitos en el pelo.Nos solemos enamorar,por decirlo a si,por primera vez y nos enfadamos cada dos por tres con nuestras amigas y al minuto reconciliarnos.De pequeños no paramos de reír y de sonreír.Y de pequeños solemos jugar a las princesas que esperan a su príncipe azul.Pero derrepente empezamos a crecer y a crecer muy deprisa.Los sueños se quedan esparcidos por los suelos y ya no esperamos ni al Ratón Pérez ni a los Reyes Magos.La muñecas y los coches quedan olvidados en el baúl de ''cosas viejas'' junto con los vestidos y los lacitos.Los enamoramientos suelen traer consecuencias y las peleas que pasaban de ser de un minuto pasan a ser de años.Las sonrisas y las carcajadas se van convirtiendo en pequeñas lágrimas de dolor y de hundimiento.Y de mayores sabemos perfectamente que los príncipes azules no existen y nunca van a aparecer.La pregunta es la siguiente..si por un minuto supiéramos lo que nos espera de mayores ¿de verdad querríamos crecer?

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