Y sé que te costó. Mucho. Pero poco a poco sabía que eras tú. Y cada vez que te miro pienso que fue la mejor elección que he podido tomar. Sé que soy una chica difícil. Y tú lo has sufrido en tus carnes. Supongo que con risas, y con esos detalles que tanto me gustan aunque no signifiquen nada en especial, me empezaste a ganar. Y aquí estoy después de tanto tiempo luchando contigo. Juntos, para ganar esta pelea. Sé que la relación no ha sido fácil, y quizás para ti no haya sido de las mejores, aunque para mi sí. Creo que siempre, el amor vuelve. Y yo antes de conocerte no creía en él. Pero contra viento y marea no me he caído del barco y sigo estando con mi capitán favorito. La corriente todavía, no nos ha arrastrado. Ni nos arrastrará. Y si pasa, sé que volverás, y si no, seguiré esperándote. Ya sabes, soy cabezota y quiero lo que es mío siempre a mi lado. No me fío mucho de la gente, pero tú has conseguido que confíe en ti desde el primer momento. Tranquilo, lo sigo haciendo. Y quizás sea de esas chicas a las que siempre les pasa algo, pero tú siempre has estado. Y cuando te vi por primera vez, después de tanto tiempo, corrí a toda velocidad a darte un caluroso abrazo, luego busqué tus labios y por último, te miré a los ojos.
- Te he echado de menos.. - me susurró.
No te contesté, no tenía palabras para describir toda la felicidad que me corría por el cuerpo. Tenemos peleas, sí, pero ya sabes que las resolvemos como nadie lo haría, y siempre estando el uno junto al otro. Cerré los ojos, me apoyé en tu pecho y sabías que yo también te había echado de menos, muchísimo.
- Te quiero - le contesté.
- Te amo - me contestó inesperadamente.
Te dije que no te enamorases de mi. Pero tú a mi ya me has ganado.
Y hoy, vengo a contarte mil cosas. Mil secretos. Pero solo hay una condición, una regla. Tumbados en la cama, aferrada a ti. ¿Quieres jugar a un juego? Supongo que ya sabes a que me refiero. Cosquillas-risas. Después, un poco de miradas y sonrisas. Intentar tirarme tirar del sofá y luego después de que te rías de como me río me acaricies la cara. Que me digas que me quieres, que me amas. Después pido, un poco de imaginar planes juntos. Y a continuación, cerrar los ojos y dormir en tu pecho. No te pido más. Mi mayor secreto, es tenerte y conservarte. La habré cagado mil veces, pero sigo conservando a la persona más importante de mi vida y sigue como nuevo. Y puede ser que haya una canción, un libro, unos recuerdos que siempre me lleven a ti, y que puedan describir todo lo que siento. Pero no lo necesito, tú lo entenderías mejor que nadie. Gracias. Gracias por seguir en el camino conmigo, haciéndome sentir bien, tuya. Vamos, empecemos, una vida entera juntos nos espera. Por cierto, no se lo digas a nadie, confío en ti.
- ¿Y tú qué quieres?
Me preguntó eso, y me quedé en blanco. No sabía que responder. Estaba atónita. ¿Cómo podía preguntarme eso, si sabía perfectamente lo que quería? No lo llegué a comprender. Sé que las cosas han cambiado, ni nada más ni nada menos que por mi culpa. Sé que soy exigente, que me enrollo como una persiana y que soy insoportable. Pero no sé por qué me preguntó aquello. Lo único que quería era a él, nada más que a él. Y mientras me tiré en la cama oyendo mi melodía favorita, su voz, me dí cuenta que no podía estar sin él. Esos recuerdos. Esas cositas pequeñitas que me hacen verdaderamente feliz. ¿Felicidad? ¿Qué es eso? Yo no lo sé, y quizás nadie lo sepa. Pero lo único que sí sé es que lo que estoy experimentando se parece mucho a ella. Sentirme como una nube, morirme en sus labios, olerle mientras le abrazo, acariciarme.. Ilusión, ganas, esperanza. Lo único que quiero es estar contigo, para siempre, dos en uno. Y después de decirme ''porque lo único que quiero eres tú'' le contesté '' te amo mi vida''. Y ahí fue él el que se quedó en blanco. Soy espontánea, lo sabe. Y lo que sé yo ahora mismo, es que él también me ama.
